Ensayo sobre la lectura a la carta a la Tierra y su implementación en nuestra empresa.
Con una serie de principios y propuesta románticas, la carta a la tierra intenta abrirse campo en medio de un mundo liderado por modelos de desarrollo incapaces de lograr una equidad real y sostenible entre las actividades humanas y el entorno natural. Las fuerzas de libre mercado, parecen cobrar más intensidad con el correr de los años, concentrando el poder económico, intelectual y tecnológico en unos pocos y dejando en la inmensa mayoría una sensación de desazón, incapacidad y conformismo.
El consumo desmedido liderado por cualquier eslogan de moda, ha instado a propios y extraños a liberarse de sus responsabilidades y de las consecuencias de sus actos, con el agravante de que los intereses individuales y particulares de cada ser humano, están privando sobre los beneficios colectivos, que como sociedad podríamos estar disfrutando.
Inmersa en este juego de poderes, la Tierra es incapaz de entender las “necesidades” del hombre y observa como la explotación de sus recursos va más allá de sus capacidades regenerativas, en un constante y permanente deterioro.
La llamada madre naturaleza, se mantiene fiel a sus principios de equidad y nos recuerda frecuentemente a través de los incesantes fenómenos naturales, el resultado de la indiferencia que gobierna nuestro comportamiento. Sin embargo, la serie de desastres naturales a los que nos vemos expuestos, han causado pequeños cambios en la conciencia colectiva del ser humano, haciendo que las tendencias individuales de nuestro comportamiento, estén cediendo ante las propuestas sociales para mitigar o eliminar el daño ambiental. Después de todo, la Tierra es nuestro hogar y no tenemos a donde mas ir.
Una nueva corriente de valores de protección y restauración ecológica, es impulsada desde hace varias décadas por entes internacionales y locales, como parte de un plan educativo que busca fomentar el respeto a la vida en la tierra y la creación de nuevos patrones sociales e individuales.
Las campañas educativas, los programas de reciclaje y manejo de desechos en general, las actividades eco turísticas y las producciones más limpias, son los esfuerzos correctivos y en algunos casos preventivos, que se encuentran en este momento en una lucha contra las limitaciones mentales por razones de arraigo cultural o practicas generacionales, las limitaciones económicas por el desequilibrio en la distribución de la riqueza, las limitaciones sociales por el fracaso en la eliminación de la pobreza y la discriminación y las limitaciones políticas por las cuotas de poder.
Entorno a la actividad industrial, la legislación costarricense intenta regular esta operación económica y su impacto al ambiente, condicionando los permisos de funcionamiento, a la implementación y ejecución de planes de control ambiental, destacando en ellos el manejo de las emisiones gaseosas, los desechos sólidos y líquidos. Dentro de este contexto industrial, formo parte de un equipo multidisciplinario encargado del desarrollo y confección de las actividades orientadas a la eliminación y minimización del impacto ambiental que nuestra actividad puede generar. Para ello, contamos con indicadores físicos y químicos que nos permiten monitorear el manejo que damos a nuestros procesos, reacondicionados y desechos. Contamos también con convenios con empresas especialistas en el manejo de desechos ordinarios y peligrosos, que nos permiten dar una adecuada disposición a los materiales en cuestión. Mantenemos un programa de capacitación en el área de salud ocupacional, orientado a la equidad y responsabilidad de nuestros actos con el medio ambiente. Este último programa en particular, cobra mayor relevancia cuando se mira la población laboral a quien está dirigido, pues se trata de un sector de la población al que se le consideraría como marginal, pero que esta con ansias de saber. Esta responsabilidad social de la compañía, también es compartida por sus iguales ubicados en la misma zona geográfica y se constituye en uno de los pilares en los que se espera se sustenten las esperanzas de cambio a favor del respeto a la naturaleza, los derechos humanos, la justicia económica y una cultura de paz.
Escrito por: Jorge Chinchilla Cortes